Las mujeres que encendieron el imaginario y que protagonizaron sueños de fantasías de varias generaciones de jóvenes volvieron a reunirse hace tres años para protagonizar “Extinguidas”, de José María Muscari, y a juzgar por el éxito la obra atraviesa en su tercera temporada, su magnetismo sigue encendiendo la imaginación del público.
“Seguimos siendo mujeres muy sensuales, muy atractivas, a pesar del paso de los años”, dice Beatriz Salomón, una de las protagonistas de la puesta que también tiene a Adriana Aguirre, Noemí Alan, Patricia Dal, Silvia Peyrou, Mimí Pons, Sandra Smith, Naanim Timoyko y Pata Villanueva (“nueve mujeres con una trayectoria tremenda”, define), y que volverá al Coliseo Podestá el domingo.
En su tercera temporada, Salomón, una de las “fundadoras” de la puesta, regresará al Coliseo y, dice, está “contenta de volver a La Plata, donde fue un éxito bárbaro: nos escribían por WhatsApp y nos pedían que volvamos”.
En la puesta, estos iconos de los años 80 se juntan en un spa para reflexionar sobre una época que ya no está: entre humor y anécdotas, las actrices revisan su propia historia viviente en un libro que Muscari terminó de escribir tras charlar con las protagonistas de la historia e incluir en la obra monólogos sobre vivencias reales para cada una de sus protagonistas.
El éxito de esta mezcla de ficción y realidad que apela al imaginario emocional del espectador que colgó posters de Salomón y compañía en su placard es una excepción en el marco de un teatro al que le cuesta cada vez más encontrarse con su público, y Beatriz dice que “Extinguidas” tiene “gran éxito porque habla mucho de los ochenta, que fueron brillantes en Argentina: la gente se conmueve, se moviliza, se ríe mucho. Es un poco como meterse en el túnel del tiempo: la música, la escenografía, nosotras... La gente se siente identificada y por eso va a vernos”.
Y además, afirma que buena parte del suceso de las “Extinguidas” es que “nosotras dejamos una huella porque fuimos discípulas de los grandes capocómicos, que lamentablemente ya no están: Olmedo, Porcel, Portales, Carámbula, Minguito, Calabró”.
“Fuimos alumnas de ellos, nos han dejado un legado maravilloso, que lo llevamos en el escenario con todo el corazón. Y después de nosotras no hubo grandes profesionales que se hayan distinguido, porque esos grandes maestros no están más: ellos eran los formadores de comediantes”, opina.
Las camadas actuales, afirma la actriz y vedette en este sentido, no pueden generar lo mismo que ellas generaron sobre escena. “A las chicas de hoy las usan porque son bonitas, jóvenes, tienen buenas lolas y buena cola. Pero no llegan a pisar fuerte como nosotras”, explica. ¿Tiene que ver con que no se forman? “Supongo que sí”, responde escueta.
Y ese fuego inextinguible que siguen generando las “Extinguidas” queda reflejado en que no es solamente la nostalgia lo que moviliza a la audiencia: la admiración y la atracción continúa presente al punto de que “los hombres y también las mujeres nos admiran, nos mandan flores, nos piden selfies”.