“Yo sufría por hacerle eso a mi mamá, pero no podía resistirme”

Daniela, de 19 años, nos contaba en la primera parte de su historia que cuando tenía 16 años, su mamá se divorció de su padre (de quien hacía 8 años estaba separada), aunque éste no quería. ¿El motivo? Estaba saliendo con un hombre más joven que ella y quería casarse, como en efecto sucedió al poco tiempo de divorciada. 

La estudiante nos cuenta que la pasó mal en principio, porque no toleraba la idea de que su madre haya dado ese golpe a su padre, y no entendía cómo podía preferirle a Carlín. "Vas a ser mi hijita", le había dicho ese hombre, pero terminó fijándose en ella como mujer. Mientras su mamá estuvo de luna de miel, ella se quedó con su papá, pero a la vuelta, tuvo que ir de nuevo con su madre. Esta le pidió que le dé una oportunidad a su marido, porque Carlín la quería como a una hija. Sin embargo, tras un tiempo, un día sucedió lo inesperado: él la esperó en el baño, oculto tras la cortina. Había dejado la puerta abierta, y ella creyó que no había nadie... hasta que cuando se bajó la ropa íntima, Carlín abrió la cortina y se le quedó mirando.

Fueron unos pocos segundos, cuenta Daniela. Se quedó helada cuando le vio a su padrastro saliendo de la ducha, sin ropa. “Estaba desnudo, porque se había bañado supuestamente, aunque yo siempre pensé que a propósito estaba tras la cortina para verme así. Pero no me tocó ni nada, sólo se quedó parado mirándome y yo le vi que él sentía algo que no tenía que sentir por una menor y menos todavía por su hijastra. Me tapé enseguida, pero él salió enseguida y se fue a su pieza”, nos cuenta.

Ya más tarde, a la noche, sigue su relato, Daniela seguramente estaba aturdida aún por la vergüenza que pasó esa tarde. Así que su madre se dio cuenta de que algo pasaba y le preguntó. Ella sólo le dijo que no pasaba nada y que le dolía la cabeza. Entonces, su mamá fue a su habitación a traerle una aspirina. Fue el momento que aprovechó su padrastro para decirle “no me disculpo por olvidarme de cerrar la puerta del baño, sino por lo que pensé cuando te vi sin bombachita. Qué linda que sos. Y creo que a partir de ahora ya no voy a cerrar nunca más la puerta del baño”.

La respuesta de ella fue, recuerda: “Sos un degenerado de mierda”. Pero él ni se inmutó. Peor, cuando la muchachita se levantó, le prendió un pellizco en una nalga.

Hasta ahora, dice la estudiante, ella no entiende porqué no le contó a su mamá y tampoco a su papá lo que estaba pasando: “yo tenía novio y todo, pero no le llevaba a la casa porque me daba vergüenza que mamá tenga un marido mucho más joven. A lo mejor también no quería arriesgarme a que le digan algo desagradable, mi mamá haría eso porque es desconfiada de cualquier muchacho que me ande detrás, y mi padrastro, porque yo sentía que ya me estaba acosando. Pero lo mismo no le decía a nadie. Me pasó además que aunque al principio yo le decía esas cosas, como que es degenerado, un aprovechado y vividor, como él se reía nomás, y me seguía piropeando apenas tenía oportunidad, yo empecé a verle de otra manera”, refiere.

Además, había otra cosa: ella estaba mucho tiempo en la casa sola con él. Su mamá trabaja fuera, y él vuelve de su laburo a la siesta. Las cosas iban a empeorar: él comenzó a andar desnudo por toda la casa. Eso, dice Daniela, a ella le molestaba pero al mismo tiempo, le tenía todo el día pensando en él.

“INVENTÓ QUE ROBABA”

“Ocurrió que él empezó a buscarle la vuelta a la empleada que estaba todo el día, hasta que mamá volvía, seguramente porque quería que estemos solos. Por ahí dijo que se le perdió plata, otra vez se le perdió algo a mamá, y él le decía que sin duda era esa señora. No era cierto, yo sé que ella no era, pero como mamá le hacía caso en todo, terminó echando a la empleada. El le dijo que nos vamos a arreglar, y que entre él y yo podíamos tener limpia la casa. El ýa no me dejaba ni que duerma la siesta, me llamaba para repasar, me di cuenta que me hacía hacer todos los trabajos de esa clase, para que me agache y él pueda verme así, una vez le dije que no me miré más, que le voy a contar a papá y me dijo que si quiero que mi familia sufra, puedo hacer eso, pero que nada va a impedir que me mire porque toda la noche piensa en mí y que no me tengo que asustar si un día se me va en yacaré”, sigue contando.

Ciertamente, es lo que terminó pasando, pero no de noche, sino de siesta, cuando su mamá no estaba: “esa vez, no me despertó para repasar, sino que se acostó a mi lado. Yo de repente desperté, me asusté, pero él me besó y una cosa llevó a la otra, cuando me di cuenta él me desvirgó. Me dio fiebre después, no sé si del susto, y mi mamá al llegar se dio cuenta, me tocó la frente y quiso llevarme al médico, pero no quise. Me dio remedio, y bueno, él si que gua’u me cuidaba. En ese momento yo sufría por mi pecado, por hacerle eso a mamá que tanto me quiere. Pero sabía también que no podía ni prometerme a mí misma que no iba a volver a pasar, porque yo era débil cuando él me tocaba o aunque sea me miraba”.
“Me dijo que cada noche ellos tienen intimidad”

Desde hace dos años, cuenta Daniela, ella se acuesta con su padrastro. Lo que le extraña, cuenta, es que su mamá y Carlín ni siquiera se pelean. ¿No deberían, si se suponía que él ya no tenía relaciones sexuales con su madre? Es lo que él le dijo, pero una vez la chica le preguntó a su mamá si es cierto que los casados sólo en el primer año tienen mucha intimidad sexual, y que después ya nada.

“Mamá se rió y me dijo que eso depende, que no puede hablar por otras parejas, pero que en su caso, ella y Carlín tenían todas las noches intimidad. Demasiado me dio rabia, porque sabía que mamá no me iba a mentir en eso, mamá siempre fue muy sincera, le iba a decir que ella no le podía hablar así a su hija, pero yo también le pregunté y encima, qué me iba a hacer la ofendida si yo sé que le estaba usando su marido. Me callé nomás, pero al día siguiente no le dejé a él que me toque, le dije que me mintió, que mamá me dijo que ellos tienen relaciones sexuales y que se llevan bien en eso. Y sabés lo que me dijo, que es cierto pero que se sacrifica solamente para que ella no desconfíe que tenemos algo. Me dio rabia y no le creí, pero al día siguiente me entregué ya otra vez a él”, refiere.

Finalmente, nos cuenta nuestra entrevistada que su madre le dijo que está triste, porque en estos días empezó a sospechar que Carlín tiene otra. “Le pregunté porqué, y me dijo que se dio cuenta por la ropa íntima de él, y que además encontró condones entre sus cosas, y resulta que con ella no usa eso. Yo tenía miedo que hayan sido condones en el basurero del baño lo que encontró, pero ella me contó que encontró una tira completa de esas cosas. Después escuché que ella le estaba diciendo por lo visto, porque cuando mamá se altera grita un poco. Pero al rato, ya estaban otra vez encaramelados, esa noche escuché que hacían el amor, porque me fui cerca de su pieza para comprobar. Yo me fui a la cocina a preparar un sandwichito, y podés creer que al rato él baja a llevar cerveza de la heladera, me ve y allí mismo en la cocina me hizo el amor. Yo quería negarme, pero no podía y no sé lo que va a pasar si mi mamá nos pilla”, finaliza diciendo.