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domingo, 12 de enero de 2014

Natalia Málaga: “Nunca me van a ampayar besándome y agarrada como un chicle a mi pareja”

  • Entrenadora de la selección nacional de vóley de Perú. 
  • Integrante de la selección que consiguió medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. 
  • También fue medallista en dos campeonatos mundiales de vóley.
Natalia siempre está conectada al Facebook, me dicen. Y ahí la encuentro rápidamente. Es de las personas que contesta los mails pero que usa el Facebook para avisar que te ha enviado un mensaje. Su foto de perfil es la caricatura de Málaga como una temible amazona de brazos musculados a punto de disparar un nuevo flechazo. “Muy sapos son, ¿ah?” –me escribe al acabar la entrevista la entrenadora de la selección de vóley y "mujer del año 2013” según una encuesta–, “demasiadas preguntas” y me envía un emoticón, cómo no, achoradazo.

-Enseñar el sostén como vimos que hiciste el otro día —o quitárselo o quemarlo— es un gesto que se asocia mucho a los movimientos feministas. ¿Te consideras una feminista?

Eso no tuvo nada que ver con el feminismo. Fue solo una apuesta que hice con las chicas. En el grupo nos ponemos ese tipo de “retos” para incentivarnos y cumplir con lo que decimos.

-Pero has participado en campañas de respeto a la mujer, como esa en la que vas por ahí con un puño. ¿Eres afín a alguna causa reivindicativa?

Lo del “Guantazo” salió porque tengo un carácter fuerte y no me gusta el abuso. Yo doy el perfil de mujer que se defiende a capa y espada, que se enfrenta a la vida con ciertas actitudes que no se ven muy a menudo entre las chicas. Así que le dimos juntas un puñetazo al machismo con esta campaña. Las mujeres siempre somos las que manejamos mal, las que tenemos que limpiar y aguantar que nos digan cochinadas en la calle… Es el machismo de algunos hombres que quieren vernos metidas en las casas y haciéndoles todo.

-¿Natalia Málaga se ha sentido alguna vez arrastrada por su propio personaje?

No me he sentido nunca arrastrada, pero sí invadida en mi privacidad.

-¿Qué te hace sentir invadida?

Que quieran investigar si estoy con alguien o cómo soy con mi pareja. Aunque por momentos no lo parezca, y sea difícil de creer, yo soy súper tímida y espero que se respete mi vida privada.

-¿Te sientes libre para tener una relación e ir con tu pareja a cualquier lado?

Sí, me pueden ver en la calle, en reuniones, en fiestas o discotecas, pero que me vean besándome, agarrada como chicle y todas esas cosas, no creo que vaya a pasar. Ahí sí que estarían pendientes a ver si me ampayan para sacarlo en la prensa. Me molestaría.

-Ahora trabajas con la selección de mayores… ¿Qué va a cambiar?

Nada. Me interesa lo mismo de siempre. Mucha disciplina y sinceridad, sin maltratar, sin despreciar, que sean compañeras.

-En el deporte de alta competición se necesita mucha exigencia, pero hay jóvenes que viven esta presión con gran estrés. ¿Reconoces que has cometido algún exceso verbal con las chicas?

Sí, lo reconozco, he sido dura, pero de eso se aprende, ellas aprenden; y nos conocemos lo suficiente como para poder tratarnos así.

-¿Cuando jugabas también te carajeaban?

Por supuesto. Lo que hago yo no es nada comparado con lo que hemos pasado con mis compañeras. Nuestra época fue muy fuerte en todo sentido. Pero bueno, gracias a esos 33 años en el vóley soy lo que soy. Gracias al Perú soy lo que soy.

-Sobre ese "achoramiento" que ya es parte de la "marca" Natalia Málaga... ¿alguna vez pensaste que era la cualidad por la que se te iba a "inmortalizar", incluso en programas cómicos?

(Risas) No, la gente acá es muy creativa. No me molesta para nada. A veces exageran un poco pero de eso se trata el humor.

-¿No crees que en el Perú a través de la risa reducimos a las personas a personajes cómicos y dignos de burla o de cachita?

No, siempre y cuando no haya mala intención, claro.

-Si fueras un perro, ¿qué perro serías?, ¿uno que ladra pero no muerde…?

(Risas) Un perro con mucha personalidad, un perro al que hay que tenerle respeto pero muy cariñoso también. No muerdo pero sí gruño.

-En esa selección había la idea de que tú y Gabi Pérez del Solar eran la pitucas, las “blancas”. ¿Cómo era esa dinámica? ¿Son nuestros seleccionados de vóley un reflejo del Perú a ese nivel?

Nunca quisimos ser más que ellas. Siempre convivimos en muy buena relación. Cada una tenía sus metas, como equipo y como personas, y las íbamos consiguiendo.

-Pero, ¿alguna vez hubo recelo entre ustedes? ¿Crees que había racismo? ¿Hay situaciones parecidas en la selección actual?

Pudo haber cierta competencia… Hoy también la hay, pero no hay conflicto. Parte de mi papel es enseñarles que hay diferencias sociales, económicas... Hacerles ver por qué una tiene esto y por qué la otra no, pero también contarles por qué deben buscar algunas cosas que no tienen, por ejemplo la sencillez y la humildad. Así entre ellas se van conociendo y valorando. A veces es bueno comparar para crear empuje, capacidad emprendedora.

-Ya, de verdad, ¿se llevan mejor las “matadorcitas” de lo que se llevaban ustedes, las matadoras legendarias?

Todos los grupos son lindos y tienen sus cosas. Uno puede congeniar con gente que ni te imaginas, con costumbres distintas, de orígenes muy distintos a los tuyos.

-¿Quién fue tu mejor amiga en ese viejo equipo?

Paraba mucho con Gaby, Cenaida, Gina… Éramos como hermanas. Todas nos protegíamos de cualquier cosa. Ahora no nos vemos mucho pero esa amistad está ahí, firme. Lo que hicimos creó una intimidad entre nosotras que no se borra con nada, con la China, con Rosa, Cecilia, Denisse, Katherine, Miriam.. ufff, con todas.

-Cecilia Tait, Gabi Pérez, Cenaida Uribe… ¿cuánto falta para que incursiones en política?

No me interesa ese tema. Estoy en un camino ahora y seguiré hasta donde me lleve.

-¿Me cuentas alguna historia con tus caballos que te emocione?

Son mis hijos, son grandes mascotas. Es increíble la química que puede darse entre ellos y las personas. Me tratan como si yo fuera un caballo.

-¿Entrenarías a tu hija?

Me encantaría pero mi papel ahora es ser entrenadora de otras. Pero soy su mamá, amiga y de todo.


Fuente: larepublica.pe

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