Desde Semana Santa vive aterrada en su casa porque fue golpeada y quedó con la mandíbula fracturada. El agresor cumplió muchas de las amenazas efectuadas. Una vez le tiró una bomba molotov a la casa.
El 20 de abril, domingo de Pascuas, Carina Pamela Rojas (38) fue agredida salvajemente por su pareja Daniel Alberto Torres (30), con quien mantenía una relación de amor y miedo desde el 2005.
Todo comenzó, según el dramático relato de la víctima, "cuando le dije al gordo que lo iba a llevar a la casa porque al otro día me tenía que levantar temprano para ir a trabajar al hospital Schestakow". Así se subieron a la moto de Carina, circularon un par de cuadras por Juan José Paso, en Cuadro Nacional, y Daniel le pidió a Carina que frenara porque se quería fumar un cigarrillo.
En ese instante -dijo Carina- "Daniel se bajó con el casco de mi hijo en la mano y sin mediar palabra alguna me pegó una piña en la cara que me tiró al suelo y fracturó la mandíbula, luego continuaron los golpes, incluso algunos con el casco". Semi inconsciente, casi noqueada y en el suelo, Carina escuchó como Daniel denunciaba al 911 que "se encontró con una mujer tirada en la calle por un accidente de tránsito". Esas fueron las últimas palabras que escuchó la mujer de su novio porque a partir de ese día nunca más lo vio.
Hecha la denuncia en la subcomisaría de Cuadro Nacional y con la asistencia de sus abogados Alejandro Cazabán y Valeria Vizcaya, la ratificó ante la titular del Primer Juzgado de Instrucción, Paula Arana quien ya ordenó la captura del agresor.
"Estoy aterrada, tengo mucho miedo y me siento avergonzada por todo lo que sucedió", dijo entre llantos, y agregó que "esta pesadilla comenzó en Navidad del 2005, después de casi un año de noviazgo".
Ese día comenzó una cadena de agresiones verbales y físicas que tuvo su punto de máxima tensión cuando Torres intentó con una bomba molotov quemar el cuarto del hijo de Carina.
Esa noche- recordó- "estaba con Lionel en mi pieza cuando escuchamos que alguien rompía un vidrio y luego una gran explosión que quemó parte del machimbre del techo".
Todo comenzó, según el dramático relato de la víctima, "cuando le dije al gordo que lo iba a llevar a la casa porque al otro día me tenía que levantar temprano para ir a trabajar al hospital Schestakow". Así se subieron a la moto de Carina, circularon un par de cuadras por Juan José Paso, en Cuadro Nacional, y Daniel le pidió a Carina que frenara porque se quería fumar un cigarrillo.
En ese instante -dijo Carina- "Daniel se bajó con el casco de mi hijo en la mano y sin mediar palabra alguna me pegó una piña en la cara que me tiró al suelo y fracturó la mandíbula, luego continuaron los golpes, incluso algunos con el casco". Semi inconsciente, casi noqueada y en el suelo, Carina escuchó como Daniel denunciaba al 911 que "se encontró con una mujer tirada en la calle por un accidente de tránsito". Esas fueron las últimas palabras que escuchó la mujer de su novio porque a partir de ese día nunca más lo vio.
Hecha la denuncia en la subcomisaría de Cuadro Nacional y con la asistencia de sus abogados Alejandro Cazabán y Valeria Vizcaya, la ratificó ante la titular del Primer Juzgado de Instrucción, Paula Arana quien ya ordenó la captura del agresor.
"Estoy aterrada, tengo mucho miedo y me siento avergonzada por todo lo que sucedió", dijo entre llantos, y agregó que "esta pesadilla comenzó en Navidad del 2005, después de casi un año de noviazgo".
Ese día comenzó una cadena de agresiones verbales y físicas que tuvo su punto de máxima tensión cuando Torres intentó con una bomba molotov quemar el cuarto del hijo de Carina.
Esa noche- recordó- "estaba con Lionel en mi pieza cuando escuchamos que alguien rompía un vidrio y luego una gran explosión que quemó parte del machimbre del techo".
Después de ese incidente se repitieron otros con golpes, tiradas de pelo, rotura de objetos, gritos e insultos. Las causas, según ella, siempre fueron las mismas: "vos tenés la culpa de todo lo que me pasa".
A pesar de las denuncias de Carina, Torres nunca fue citado a declarar y siempre lograba reanudar la relación bajo amenazas. "Me tenía totalmente controlada", aseguró la mujer que reconoció "haber vivido una relación enfermiza plagada de agresiones".
Ahora, encerrada en su casa con la contención de sus amigos y profesionales espera que la Justicia encuentre a Torres y terminar el calvario.
Antecedente: El caso Laura Girala generó conciencia en la sociedad
El caso de Laura Girala, agredida el 31 de diciembre de 2012 por el bailarín Sergio Sosa conmocionó de tal manera a la sociedad que a partir de ese hecho muchas otras mujeres se animaron a denunciar que eran víctimas de violencia de género.
En esa ocasión Laura se animó a dar a conocer su traumática relación con el bailarín, que finalmente terminó preso en la Cárcel local.
La salvaje paliza que recibió Laura se convirtió en el primer caso que se investiga como “femicidio en grado de tentativa” en la provincia. El ataque se configura dentro de lo establecido en la modificación del artículo 80 del Código Penal.
La ley dice que "tendrá pena de reclusión perpetua el que matare a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia”. El femicidio es “un crimen hacia una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.
A pesar de las denuncias de Carina, Torres nunca fue citado a declarar y siempre lograba reanudar la relación bajo amenazas. "Me tenía totalmente controlada", aseguró la mujer que reconoció "haber vivido una relación enfermiza plagada de agresiones".
Ahora, encerrada en su casa con la contención de sus amigos y profesionales espera que la Justicia encuentre a Torres y terminar el calvario.
Antecedente: El caso Laura Girala generó conciencia en la sociedad
El caso de Laura Girala, agredida el 31 de diciembre de 2012 por el bailarín Sergio Sosa conmocionó de tal manera a la sociedad que a partir de ese hecho muchas otras mujeres se animaron a denunciar que eran víctimas de violencia de género.
En esa ocasión Laura se animó a dar a conocer su traumática relación con el bailarín, que finalmente terminó preso en la Cárcel local.
La salvaje paliza que recibió Laura se convirtió en el primer caso que se investiga como “femicidio en grado de tentativa” en la provincia. El ataque se configura dentro de lo establecido en la modificación del artículo 80 del Código Penal.
La ley dice que "tendrá pena de reclusión perpetua el que matare a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia”. El femicidio es “un crimen hacia una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.
Fuente: unosanrafael.com.ar
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